domingo, 30 de marzo de 2008

EN OBSERVACIÓN (EL VIGÍA)

1901
óleo sobre cartón
61 x 50
Museo Nacional de Bellas Artes (Argentina)

Un oficial, un tal Fabre, en pie, escruta el horizonte, con unos prismáticos, mientras un soldado montado le tiene las riendas de su caballo. En esta obra de Henri de Toulouse-Lautrec, el paisaje ocupa gran parte de la tela, que representa una escena de relativa quietud; sin embargo, la pintura presenta las características propias del estilo del artista, dominado por el fuerte dinamismo de las formas y la captación del instante. A la diagonal que marca el borde del camino y separa, a su vez, el primer plano del fondo, opone en cruz la de los caballos y el personaje que observa indicando la dirección hacia donde el espectador debe dirigir la mirada. Dibuja con trazos rápidos y certeros, captando la actitud de los personajes y los animales. La silueta de los caballos aparece delineada en negro, a la manera de las estampas japonesas, de gran influencia en su obra. El encuadre de la escena genera un espacio de carácter fragmentario, propio de la fotografía, cuyos recursos había conocido a través de la obra de Degas.

La tela fue dedicada a su amigo Fabre, de quien el artista había sido huésped en los últimos años de su vida.

A la izquierda, abajo: "Lautrec à l'ami Fabre. 1901".


domingo, 2 de marzo de 2008

EL JOVEN ROUTY (Le jeune Routy à Céleyran)


1882
óleo sobre lienzo
61 x 49,8
Neue Pinakothek (Munich)


Esta pintura ilustra el considerable progreso técnino que Lautrec logró durante los seis meses que pasó trabajando bajo la dirección de Bonnat en la primavera de 1882. Su dibujo se ha hecho más seguro y su pincelada menos torpe, pero al mismo tiempo Lautrec muestra aquí que puede pintar en un estilo "moderno".

No es una pintura "académica" en el sentido en Bonnat habría entendido el término, ya que tanto en su concepción como por su ejecución es deudora en gran medida de la pintura al aire libre de Manet, en particular de obras tales como Portrait de Mme. Manet à Bellevue y Fillette sur un banc, ambas de 1880. Ausentes están las sombras oscuras y los efectos de claroscuro que Lautrec utilizaba en sus pinturas entre 1879 y 1881, en su lugar, la luz se difunde por toda la pintura y esta luz se traduce en términos de color.

Lautrec hizo posar a su modelo, un peón agrícola, con la luz a su espalda, a fin de que todo el primer plano (su cara y su camisa) esté iluminado indirectamente. Esto en sí mismo es audaz porque significa que tenía que acometer difíciles problemas técnicos y un difícil análisis cromático. A pesar de eso en la manipulación de la cara al menos, con sus sutiles modulaciones tonales del naranja al azul, Lautrec tuvo éxito. Esta pintura no es, sin embargo, una verdadera pintura impresionista porque el artista no ha descompuesto los colores locales en los colores que componen el espectro, porque hace que la armonía del color azul-gris-amarillo evoca el efecto más que la calidad de luz. Además, ningún pintor impresionista habría contorneado los hombros del muchacho y el ala de su sombrero con blanco acentuado como aquí. Nótese también el tratamiento dibujístico de la oreja y la barbilla.

Abajo, a la izquierda, la marca roja.

Adquirida por el museo en 1984 con el apoyo de la Ernst von Siemens Kulturstiftung Munich.