domingo, 15 de marzo de 2009

RETRATO DE VINCENT VAN GOGH

1887
pastel sobre cartón
54 x 45
Rijksmuseum Vincent van Gogh (Amsterdam)


A los 23 años hizo Lautrec en un local parisino un retrato de su camarada Vincent van Gogh, que contaba entonces 34 años. Rayas de tiza de pastel de colores delicados dan origen al más logrado retrato del controvertido pintor holandés: un animal al acecho, delante de su copa de ajenjo, a la espera, dispuesto a saltar en cualquier momento; así lo veía el mundo. Sea cual fuere la fuerza testimonial y la excelencia artística de los autorretratos de van Gogh, éste hecho por Lautrec resume magistralmente el “fenómeno van Gogh”, su psicología. Por primera vez el poder de compenetración de Lautrec logra la descripción de un ser humano tan completa como sintética. El estilo aún impresionista supera lo atmosférico y logra plasmar el temperamento obsesivo de van Gogh, a la vez que reproduce nítidamente sus características fisonómicas. Su frente ancha y hacia atrás, su nariz protuberante, características familiares de los van Gogh, en una palabra: su perfil, no se conocería de no ser por el retrato que Lautrec hizo de su amigo. A pesar de los muchos autorretratos y las tres fotografías que de él existen, no hay ni uno solo que lo muestre de perfil.

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