lunes, 7 de enero de 2008

CARROZA DE DOS CABALLOS VISTA POR DETRÁS (Un coupé attelé vu d'arrière)


1879

óleo sobre tabla

23,5 x 14

Musée Toulouse-Lautrec (Albi)


Ejecutado cuando Lautrec tenía quince años, esta pequeña pintura de un carruaje es una de las más originales y atrevidas de sus primeras obras. Aunque muchos artistas del siglo XIX pintaron escenas de carruajes, muy notablemente Constantin Guys y Degas, aquí parece no haber modelos para el desacostumbrado punto de vista del que Lautrec eligió estudiar el tema. Retomó una similiar "perspective plongeante", en sus pinturas y litografías en BABYLONE D'ALLEGMAGNE de 1894.

Visto desde una ventana de un piso superior, la masa cuadrada del coche domina el centro de la composición. Lautrec tiene anclado el carruaje firmemente en el lugar con la sombra que se extiende desde la parte bajo del mismo hasta el punto más bajo del cuadro, y por las líneas verticales y diagonales de la arquitectura y del camino que lo mantiene en un encuadre geométrico. Aunque el carruaje está parado, la pronunciada diagonal del camino sugiere un ligero movimiento de acelaración en la distancia. Esta implicación potencial del vehículo alarga la experiencia visual y psicológica que Lautrec había compuesto cuidadosamente. La sombra alargada y los colores reducidos evocan la calma del amanecer o del crepúsculo, mientras que la línea del edificio que se recorta abruptamente a la izquierda, al igual que la lampara de hierro forjado, realzan el sentido de distancia y aislamineto de la escena de abajo.

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